Autora: Lourdes Hernández
Las mujeres son seres humanos recursivos. Hay un liderazgo en ellas que impulsa a la familia y a la comunidad en cuanto se lo proponen.
Ángela Buitrago comenta: “mi mamá que es enfermera retirada ha aprendido a bordar, a tejer. La dedicación que ha puesto me impresiona. Pone paciencia, desbarata y vuelve a hacer y da una apertura increíble a la creatividad”.
¿Cuándo hay crisis en la vida de las mujeres?
- Cuando no consiguen trabajo o un ingreso fijo.
- Cuando no cuentan con la colaboración de la pareja en las labores de la casa y el cuidado de los niños pequeños.
- Cuando tienen que cuidar sin apoyo ni remuneración a un adulto mayor o una persona discapacitada de la familia.
- Cuando la pareja perjudica la economía del hogar, la armonía de éste, o ambas cosas.
La crisis se traduce en un bajón de su acostumbrada energía. Viene la apatía y posteriormente, la depresión. Llegar a esta u otras enfermedades agrava su situación y la de su familia.
¿Cómo salir adelante de la crisis?
Según el Banco Mundial, cuando las mujeres son responsables de todas las tareas de cuidado y las labores domésticas de su hogar, los encargados de reclutar personal para las empresas prefieren a los postulantes masculinos.
¿Cómo rompemos ese ciclo?
- Empoderar a la mujer es también empoderar al hombre. Compartir tareas para que ésta pueda conseguir empleo.
- La mujer se empodera cuando gana dinero impulsando su emprendimiento y/o con un empleo.
- Proveer de cuidado infantil accesible y de calidad, y de cuidado para el adulto mayor.
- Proveer de salud para ellas, motivándolas al autocuidado.
- Facilitar el acceso a una cuenta de ahorros y al conocimiento de manejo de plataformas digitales y dinero móvil, a través de educación financiera y asesoría.
Abrir una a una estas puertas, es posibilitar a que las mujeres recuperen su esperanza, natural motivación y provean ingresos para el hogar.
Nazareth Castellanos, neurocientífica habla de su propia experiencia al anteponer su trabajo a su propia salud.
“Aprendí el autocuidado cuando estaba embarazada porque me di cuenta de que mi hija estaría bien siempre que yo me cuide”.
El Padre Juan Carlos Zesati es parte de la economía solidaria en un pueblo en México. “Son comunidades pequeñas de semi-desierto con alta tasa de migración a EE.UU. La gente todavía vive del campo, no tienen riego, es una agricultura familiar”- dice el padre.
Las mujeres son líderes en este pueblo. La unión de pequeñas productoras que se interesaron en capacitarse y trabajar solidariamente en agroecología, ha tenido un efecto multiplicador: alimentos sanos sin agrotóxicos, preservación de semillas nativas, cuidado de la tierra, autonomía y resultados como un sistema de captación de agua, baños secos y otras innovaciones; y la comercialización de productos con precio justo.
Abrir oportunidades laborales y de emprendimiento a las mujeres, no solo las empodera sino que su prosperidad permea hacia toda la familia.
Darles empleos seguros, bien remunerados y de calidad trae beneficios probados a la empresa: calidad, orden, lealtad, creatividad, colaboración, solidaridad y laboriosidad entre otras virtudes de las mujeres.
Fuente: blogs.worldbank.org y padre Juan Carlos Zesati