La inversión emocional y financiera de criar hijos en el siglo XXI

La inversión emocional y financiera de criar hijos en el siglo XXI

Autora: Lourdes Hernández

Antes de tener mi primer hijo, hablé con una amiga que tenía dos hijas. Le pregunté qué tal es el parto, dijo: eso es fácil al lado de la crianza…

Las mamás del mundo lo descubrimos pronto.

Ahora todas trabajamos y es legítimo nuestro deseo de crecer profesionalmente. Mientras más trabajo, más ganancia, pero también culpabilidad por no estar con los niños.

Actualmente también reconocen que ser madres -o padres- tiene el mayor significado en sus vidas.

¿Pero estamos conscientes de que criarlos bien es la mejor inversión?

Invertir en tiempo de calidad, en valores como respeto, autenticidad; en deporte, conocimientos, en saber ahorrar y administrar el dinero.

Los niños de hace 40, 50, 60 años pasábamos jugando afuera y las mamás nos llamaban a la hora de la merienda y nos negábamos a entrar. Aprendimos las bases de computación y ahora se puede decir que muchos dominamos los dispositivos.

En cambio los niños de hoy nacieron con “chip incorporado” y lo manejan con la naturalidad con que nosotros abrimos la refrigeradora.

“Es notorio que cada vez llegan más niños con menos concentración y capacidad de jugar con otros niños”, dice María Pilar Flores, maestra de prescolar con 20 años de experiencia.

Conocemos de memoria los riesgos de las pantallas en los niños, siendo nosotros los principales responsables de su apego. ¿Quién lo puede negar?

Educar a los hijos hoy es competir con las redes sociales, con el internet, que son herramientas que trabajan las 24 horas del día. Jugar y correr compiten con quedarse en la casa viendo series; se gasta demasiado con un clic vía internet; la personalidad la dictan los “influencers” y los valores tradicionales son obsoletos.

Esta generación invierte en la salud mental de sus hijos. Demos ejemplo de cambiar la pantalla por un libro o una salida en familia antes de llegar al neuropediatra para sanar su adicción a los videojuegos. Padres, abuelos, y otros cuidadores, tengamos equilibrio entre los riesgos y las oportunidades de los medios digitales. Y lo más importante, demos atención al diálogo de los chicos para construir una hermosa relación con ellos.

Niños y niñas en contacto frecuente con la naturaleza desarrollan habilidades motoras gruesas (desarrollo muscular, agilidad, fuerza, rapidez, equilibrio) y finas (coordinación, lateralidad, destrezas de músculos pequeños como pinza) ; autoestima y confianza, desarrollo cognitivo, bienestar emocional, habilidades artísticas, estimulación de los sentidos, entre muchas otras.

Esa inversión emocional va a dar frutos. Serán niños concentrados, con habilidades de interacción social, capaces de tomar decisiones reflexivas.

La irreverencia de los chicos de hoy puede sonar original siempre que no atente contra el respeto. La vida relajada de jóvenes casi adultos, en casa de los padres, algún rato cobra su precio si no se la asume con laboriosidad y disciplina.

Por otro lado, la educación hoy se basa en el respeto, la igualdad de género, la inclusión, y es penado por la ley la violencia intradoméstica, el bullying, el acoso, entre otros delitos que se permitían hace pocos años.

Pasando a términos financieros, criar hijos hasta los 18 años tiene un costo entre 150.000 a 240.000 dólares en Ecuador, según Diario La Hora. De $568 a $909 al mes.

Nace el niño y desde el primer día hay que asumir gastos en pañales, ropita, juguetes, muebles, otro dormitorio, alimentación, escuela, material educativo, actividades deportivas, tecnología, dentista, médico, oculista, medicinas. La vida social del niño implica visitas a amiguitos, vestimenta, regalos. También puede haber gastos extraordinarios como niñera, excursiones, imprevistos, etc.

Sin embargo el mayor costo financiero es la presión social para “darles lo mejor” a los hijos, sin medir qué es exactamente lo mejor para un niño. El mejor juguete, la mejor vestimenta, la mejor escuela, colegio, universidad. El estilo de vida que sueñan muchos padres generalmente no es compatible con lo que un niño necesita.

¿El niño necesita muchos juguetes? No. Requiere tiempo y amor de los padres, un espacio para jugar y aburrirse, ropa para llenarse de tierra y otros niños para interactuar.

Los padres de hoy son la primera generación que quizás no supere económicamente a sus padres, aunque tienen menos hijos que ellos. El costo de la vida, la inflación, el hiperconsumo, son algunas de las causas.

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